Alfonso Carillo
Alfonso Carillo de Acuña (Carrascosa del Campo, 11 de agosto de 1413 – Alcalá de Henares, 1 de julio de 1482), desempeñó un papel importante en la política durante la vida de Isabel.
Fue nombrado obispo de Toledo en 1466. Su influencia en la vida política, durante el gobierno de Juan II, Enrique IV y Isabel fue enorme; sus puntos de vista eran muy variables, adaptándolos siempre a las circunstancias.
Tras la ejecución de Álvaro de Luna en 1543, apoyó su primo Juan Pacheco, favorito del rey Enrique IV y cumplió misiones diplomáticos con Francia, con lo que obtenía mucha poder. Después de la ejecución de Álvaro de Luna en 1453, apoyó a su primo Juan Pacheco, favorito del rey Enrique IV, y cumplió misiones diplomáticas con Francia, lo que que le permitió obtener un gran poder. Su codicia y ambición llevaron a un enfrentamiento con el rey desde el momento en que este eligió a Beltrán de la Cueva sobre Pacheco, favoreciendo así al clan de los Mendoza, archienemigos de Carillo.
Desde 1462, fue el principal instigador de una banda de castellanos que querían derrocar al rey y reemplazarlo por su medio hermano Alfonso, participando activamente en la Farsa de Ávila en 1465. Por eso surgió una querra larga y sangriento en Castilia. Esto provocó una larga y sangrienta guerra civil en Castilla. Cuando Alfonso murió en el verano de 1468, posiblemente envenenado por Pacheco, Isabel se convirtió en candidata al trono y Carillo se convirtió en su principal consejero. Junto con Pierres de Peralta, jugó un papel importante en la realización del matrimonio entre Isabel y Fernando.
Cuando los reyes católicos llegaron al poder, después de la muerte de Enrique IV, sus intereses desaparecieron. Carillo no aceptó su comportamiento autoritario, pero sobre todo, el nombramiento de Pedro González de Mendoza, su antiguo enemigo, como cardenal, por el cual Carillo se había propuesto, fue motivo para que se diera la espalda a los Reyes.
Esta radical vuelta de espaldas hizo que Carillo se pusiera del lado de Juan de Portugal, quien defendía los derechos de su sobrina Juana en la Guerra de Sucesión. Una larga y sangrienta guerra, pero a principios de 1479, una ofensiva de los Reyes Católicos derrotó definitivamente a los portugueses y Carrillo se vio obligado a someterse.

