Juana I de Castilla

Juana nació el 6 de noviembre de 1479 como el tercer hijo de Isabel y Fernando. Algunos la apodaron Juana la Loca.

El 20 de octubre de 1496 se casó con Felipe el Hermoso, archiduque de Austria, con quien tuvo seis hijos. Debido a la muerte de su hermana Isabel, su hermano Juan y su primo Miguel de la Paz, se convirtió en heredera de las coronas de Castilla y Aragón. Tras la muerte de su madre, Isabel, en 1504 fue proclamada reina de Castilla. Su padre, Fernando, fue nombrado regente porque se consideró que ella no era capaz de gobernar. La boda con Felipe el Hermoso tuvo lugar en la iglesia de San Gummarus en Lier. Por venir a este sitio, zarpo desde Laredo (Cantabria) una armada de 130 barcos con 20.000 personas y bastante enseres por todos. Para llegar allí, partió de Laredo (Cantabria) una flota de 130 barcos con 20.000 personas y suficiente comida para todos. En el viaje perdierón unos barcos por la tempestad. Durante la travesía, algunas embarcaciones se perdieron debido a una tempestad.

Cuando se vieron, la chispa del amor surgió inmediatamente Cuando se vieron, la chispa del amor los impactó como un rayo. Aún sin hablarse, ya que no hablaban el mismo idioma, agarraron a un sacerdote de la calle para bendecir el matrimonio y así poder hacer el amor lo antes posible. Al día siguiente, durante una ceremonia espléndida, se casaron por segunda vez.

Ya durante su estancia en los Países Bajos, Juana, en los ojos de sus contemporáneos, mostraba signos de comportamiento peculiar.  Mostró abiertamente su celos por la infidelidad de Felipe y realizó intentos desesperados para alejar a las mujeres de él. Cuando Felipe murió en septiembre de 1506, ella, según algunos historiadores, perdió aún más la razón. Su cadáver fue embalsada y metido en un arco de plomo que Juana ubicó en su dormitorio. Su cadáver fue embalsamado y colocado en un ataúd de plomo que Juana mandó colocar en su dormitorio. Cada mañana, mandaba abrir el ataúd con la esperanza de que Felipe hubiera vuelto a la vida. También cuando viajaba, llevaba el cadáver de su esposo consigo. Esta es, al menos, la versión que ha encontrado un gran eco entre el público y que aún sigue haciéndolo. Al fin Juana fue declarada mentalmente enfermo y encerrada en el Palacio Real en Tordesillas, donde tambien estaba durante la regencia de Carlos I. Finalmente, Juana fue declarada loca y encerrada en el Palacio Real de Tordesillas, donde también residió durante el reinado de su hijo Carlos I (conocido en los Países Bajos como Carlos V).

No es posible determinar con certeza cuán grave fue realmente su locura. Los hombres ambiciosos en su entorno: su padre, su esposo y más tarde su hijo, tenían interés en esta declaración. Esto les franqueó el camino hacia el trono español, que Juana heredó como sucesora de su madre.

Juana recibió una educación completa: latín, literatura, derecho canónico y civil, filosofía y matemáticas. Además, era experta en la etiqueta de la corte, la danza, la equitación y la caza.

Personalmente creo, y tal vez esto sea wishful thinking, que la locura de Juana no era tan grave, aunque su, a veces enfermiza, celosía sí alimentaba la idea de que estaba loca. Su comportamiento rebelde, en mi opinión, puede explicarse en gran medida por las manipulaciones de su esposo Felipe y, más tarde, de su padre Fernando y, finalmente, de su hijo Carlos. El hecho es que los celos intensos también se encontraban en su madre Isabel y que su abuela Isabel de Portugal también sufría de una enfermedad mental. Se necesita más estudio sobre esta, ciertamente en España, importante cuestión En gran parte de España, y especialmente en Tordesillas y sus alrededores, la gente se enfada si se habla de Juana la Loca. ¡Es Juana la Reina!

Es preciso mencionar que Juana fue la primera monarca del Imperio Español. Como hija de Isabel, heredó Castilla; como hija de Fernando, heredó Aragón y las demás tierras de que Fernando fue soberano. Por supuesto, también le correspondieron las colonias recién descubiertas y Borgoña, el territorio de su esposo Felipe. Finalmente, fue reina de un imperio casi infinito sin haber gobernado ni un solo día.